Si tienes un negocio o manejas grandes volúmenes de información que debe ser ordenada de manera sistemática, conviene contar con un sistema de etiquetas. Las mismas suelen funcionar con códigos de barras, que se decodifica con un lector óptico que accede a una base de datos.
Estas etiquetas se suelen utilizar en oficinas, tiendas, escuelas, centros sanitarios, bibliotecas y muchos otros espacios. Las mismas deben ser impresas, para ir colocando en los productos u objetos que deben ser codificados.
En el mercado hay distintos tipos de estas impresoras, que debes seleccionar con base a tus necesidades y preferencias. Te presentamos una práctica guía que te ayudará a evaluar los aspectos a tomar en cuenta al momento de comprar una impresora de etiquetas.
¿Cuáles son los tipos de impresoras de etiquetas?
Existen distintos sistemas de impresión, siendo los más comunes para documentos e imágenes, los de inyección de tinta y láser (con polvo de tóner). Sin embargo, no se consideran los más adecuados para imprimir etiquetas, particularmente las de códigos de barra.
En ambos casos, las velocidades de impresión no son las mejores cuando tienes que producir un gran volumen de etiquetas. Por otra parte, el tipo de papel adhesivo que se utiliza, termina afectando, a largo plazo, el rendimiento de los equipos y puede llegar a dañar algunos de sus componentes.
En este sentido, se han desarrollado las conocidas como impresoras térmicas, las cuales utilizan el calor para producir la impresión. En este grupo, hay dos tipos con características particulares, que pueden cubrir distintos requerimientos:
Térmica directa
Son impresoras que utilizan un material que es sensible al calor, en la cual este se aplica desde el cabezal al papel adhesivo. Al entrar en contacto con las altas temperaturas, ocurre una reacción química que lleva al cambio de color del material, generándose la impresión.
No necesitan más que el material de impresión y son bastante sencillas de usar. Sin embargo, estas impresiones suelen ser mucho más sensibles a la exposición de la humedad, luz y temperatura, por lo que su duración es media.
Transferencia térmica
En este caso, la impresora lleva una cinta de tinta (el conocido ribbon), que al calentarse se transfiere al material de impresión. Por tanto, es posible imprimir en distintas superficies, desde papel adhesivo, como textiles o en plásticos.
Debido a la transferencia de tinta, las impresiones son de larga duración y no sufren mayores daños al estar sometidas a la humedad o la luz. Son muy adecuadas para productos u materiales que se tengan en exteriores y permiten el uso de colores en la impresión.
Aspectos a tomar en cuenta al comprar una impresora de etiquetas
Si necesitas etiquetar, lo primero al seleccionar tu impresora, es conocer tus requerimientos particulares, así sabrás el equipo que más te conviene. En el siguiente post de RondasMontano, nos comentan que estas varían en calidad y funcionalidad, por lo que toma en cuenta:
Duración de la impresión
Hay algunas etiquetas que se utilizan por corto tiempo, mientras que otras deben ser duraderas en el tiempo. Así, si necesitas identificar pacientes en un centro sanitario o colocar precio a productos perecederos de corta duración, lo mejor es usar una impresora térmica.
Las impresiones se hacen con gran facilidad, son económicas, ya que no necesitan comprar la cinta de tinta y existen equipos muy portátiles. Los códigos de barra son legibles por los lectores ópticos y se comunican bien con el software de la base de datos.
Cuando necesitas que la impresión dure por mucho tiempo, opta por la impresora de transmisión térmica, como en la catalogación de una biblioteca o en productos no perecederos. Con esto, podrás mantener los registros por muchos años.
Materiales de impresión
Este es otro factor que debes considerar en tu elección, ya que con una impresora térmica directa se puede usar únicamente papel sensible al calor. Generalmente, es un papel adhesivo que no ofrece muchas posibilidades de cambiar formatos.
Las impresoras de transmisión directa, son ideales cuando quieres etiquetar sobre distintas superficies, como textiles o plásticos. Además, como permite cambiar el color de la cinta de tinta, tienes la opción de hacer diseños mucho más llamativos.
Tamaño y formato de las etiquetas
Depende del uso que quieras darle, hay impresoras que tienen capacidad para diferentes formatos y tamaños de la etiqueta:
- De brazalete: son muy usadas en centros sanitarios o de ocio para identificación de pacientes y/o visitantes. En este caso, el material de impresión viene en un cartucho y se imprime en forma de cinta.
- Escritorio: son impresoras de tamaño medio, que permiten imprimir volúmenes relativamente pequeños (hasta 500 etiquetas). Suelen ser térmicas directas y se recomiendan para lugares protegidos, sin humedad ni mucho polvo.
- Industriales: cuando necesitas hacer muchas impresiones, con formatos y tamaños variados, son las más recomendadas. Pueden ser térmicas directas o de transmisión, según tus necesidades particulares.
Movilidad y conectividad
Cuando debes trabajar colocando rápidamente precios a productos, al renovar los inventarios, hay que moverse rápidamente por el almacén. En estos casos, lo más conveniente es usar una impresora portátil, que generalmente es térmica directa.
Los formatos de impresión son limitados y pequeños, recomendándose para productos que tienen salida rápida. Estas, generalmente, tienen buena conectividad con los programas que leen los códigos de barra, por lo que son muy funcionales.
Además, muchas de las impresoras de etiquetas cuentan con software relacionados, que facilitan el diseño, según los requerimientos de cada usuario. Muchas se conectan de manera inalámbrica al ordenador, a fin de configurar la impresión.